La Policía de Investigaciones (PDI) desarticuló a una banda familiar de Puerto Montt que se dedicaba a vender salmones en descomposición como si fueran productos frescos, a locatarios del mercado de Angelmó.
Según reportó LUN, la investigación, que involucró a 130 detectives de la PDI, determinó que la banda se componía de 25 personas. Entre familiares del clan, había fileteadores de los pescados y seis camioneros que fueron reclutados para transportar de noche los salmones que eran desechados de la industria salmonera.
Jaime Delgado, subcomisario de la Bricrim de Puerto Montt, entregó detalles de la rutina que esta banda realizaba para adquirir de estos productos en mal estado para su posterior distribución, en filetes, a los vendedores del mercado.
“Tres veces a la semana los conductores desviaban sus máquinas hasta una parcela en Pargua, donde los brazos operativos de la organización descargaban en promedio tres toneladas de pescados rancios. Por cada uno de estos desvíos, los camioneros recibían un pago cercano al millón de pesos”, explicó el subcomisario a LUN, que reveló que una vez que el grupo recibía la carga “la trasladaba en furgones y camionetas hasta unas bodegas en Puerto Montt, donde otro equipo de trabajadores se dedicaba a filetear, desvicerar o ahumar los salmones para disimular su mal estado”.
Algo que llamó la atención en la investigación del delito, era que la banda operaba como verdaderos emprendedores, con una empresa distribuidora de salmones, donde existía “una cúpula gerencial, un equipo de selección y traslado de salmones, una unidad de procesamiento de los pescados y otro departamento encargado de los pagos al personal. A ellos se suman los seis camioneros coludidos y dos funcionarios de la industria salmonera”.
“La organización estaba compuesta por 25 personas. Todas fueron detenidas. Cada uno cumplía un rol específico”, contó la policía, que detalló que “de las 25 personas detenidas y que fueron formalizadas por delitos contra la salud pública, asociación ilícita y lavado de activos, cinco quedaron en prisión preventiva y el resto, incluido el locatario comprador de Angelmó, con arresto domiciliario”.